jueves, 13 de agosto de 2009

Santo Víctor...

Le pregunté qué era lo que quería él [a cambio].

- ¡Nada! - dijo, sorprendido por mi pregunta pero lejos de ofenderse.

Me quedé en silencio, mirándolo. Mirándolo y creyéndole, algo que debe haber notado. Entonces se sonrió, pestañeó, puso las manos sobre la mesa, dejó caer los hombros y con un tono de voz distinto, un tono bajo, como de alivio, dijo:

- Nunca ayudé a nadie.

(...)

Boas se suicidó ese mismo día por la tarde.

Sergio Bizzio, Era el cielo.

(Gracias Víctor: tú no te mates...)

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