Año nuevo. Propósitos.
Escribir, como antes. Por el placer de hacerlo, para ordenar las ideas, descubrir quién eres, intentar entender algo. Contar. No sé si cuenta.
Todo sucede demasiado rápido: pienso esto e inmediatamente ha pasado una semana. Entera.
Mañana es el cumpleaños de David Bowie.
Hay que hacer la compra, amasar el pan, acariciar al gato.
Hay que perder la vergüenza, o al menos, descubrir de dónde viene. ¿Es culpa tuya, papá, que me avergüence hasta de lo que no imagino?
Hay que mojarse. Bajo la lluvia, si no hay otra manera. Porque cada vez me baño menos, así, en general. Comer en público, llorar desnuda, pensar en voz alta, acordarse de los sueños, que siempre están llenos de agua.
Esto no es escribir como antes, esto es escribir de cualquier manera, sin pensar, sin pretender, sin sentido. Lo que escribía antes también me da una vergüenza terrible, todo ello. En este blog hay, buf, no sé ni lo que hay. Desorden, abandono y vergüenza. Me da igual, la verdad. Hice un pequeño repaso, tuve una mínima intención de limpiar, pulir, borrar. Pero me canso. Así se queda.
Felices propósitos de año nuevo.
Árboles caídos, sobredosis de dulces navideños, el ronroneo anestesiante del lavavajillas, olor a pata de perro, las sábanas recién planchadas para comenzar un calendario nuevo, como pinceles sin estrenar, bocadillos de calamares, flores, turrón con Petazetas, niebla, un ron que no se va a beber nadie, globos perdidos, una montaña de libros, dolor de cabeza, miedo.
Escribir, como antes. Por el placer de hacerlo, para ordenar las ideas, descubrir quién eres, intentar entender algo. Contar. No sé si cuenta.
Todo sucede demasiado rápido: pienso esto e inmediatamente ha pasado una semana. Entera.
Mañana es el cumpleaños de David Bowie.
Hay que hacer la compra, amasar el pan, acariciar al gato.
Hay que perder la vergüenza, o al menos, descubrir de dónde viene. ¿Es culpa tuya, papá, que me avergüence hasta de lo que no imagino?
Hay que mojarse. Bajo la lluvia, si no hay otra manera. Porque cada vez me baño menos, así, en general. Comer en público, llorar desnuda, pensar en voz alta, acordarse de los sueños, que siempre están llenos de agua.
Esto no es escribir como antes, esto es escribir de cualquier manera, sin pensar, sin pretender, sin sentido. Lo que escribía antes también me da una vergüenza terrible, todo ello. En este blog hay, buf, no sé ni lo que hay. Desorden, abandono y vergüenza. Me da igual, la verdad. Hice un pequeño repaso, tuve una mínima intención de limpiar, pulir, borrar. Pero me canso. Así se queda.
Felices propósitos de año nuevo.
Árboles caídos, sobredosis de dulces navideños, el ronroneo anestesiante del lavavajillas, olor a pata de perro, las sábanas recién planchadas para comenzar un calendario nuevo, como pinceles sin estrenar, bocadillos de calamares, flores, turrón con Petazetas, niebla, un ron que no se va a beber nadie, globos perdidos, una montaña de libros, dolor de cabeza, miedo.
Así no puedo.
¿Por qué escribo, para qué? ¿Quién lo va a leer?
3 comentarios
Probando.
Alguien lo leerá. "Turrón con petazetas" no devuelve tantas entradas en Google...
Tiene usted razón: noveno lugar en aproximadamente 165 resultados (0,50 segundos) .
Siempre que se usen comillas y se escriba petazetas todojunto.
¿Es así como llegó usted hasta aquí?
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